Lunes 15 de Agosto de 2011
La Secretaría de Cultura de la Nación acaba de oficializar el lanzamiento del Programa Puntos de Cultura, cuyo objetivo "es fortalecer el trabajo de las organizaciones sociales y las comunidades indígenas que, a través del arte y la cultura, promuevan la inclusión social, la identidad local, la participación ciudadana, y el desarrollo regional. En total, se distribuirán $2.000.000 en financiamiento".
Según la gacetilla oficial "Junto con el subsidio, las organizaciones sociales que resulten seleccionadas recibirán equipamiento multimedia para registrar las acciones y producir materiales de comunicación; y conformarán una red de intercambio y cooperación entre experiencias de desarrollo comunitario de la Argentina.
Para implementar esta red, la Secretaría de Cultura de la Nación organizará encuentros regionales y nacionales de los Puntos de Cultura, para compartir experiencias, dar a conocer las producciones y debatir sobre temas de interés relacionados con el desarrollo comunitario".
Es importante destacar que con estos montos, la Secretaría de Cultura asigna a esta política unos $ 600000 más que el dinero que anualmente se destinaba a subsidios a organizaciones sociales. Los proyectos que se podrán presentar son de un máximo de $ 40000, y están distribuídos en cuatro categorías: Proyecto Integral, Proyecto específico, Punto de Cultura Indígena y Puntos de Cultura de Base, con montos, características y metodologías de asignación diferentes.
Esta iniciativa se suma a lo ya logrado el año pasado en la Provincia de Buenos Aires, que consistió en el impulso de una versión provincial de esta iniciativa originalmente creada en el hermano país del Brasil, y que logró invertir en el territorio bonaerense unos $ 400000, en 7 proyectos oportunamente seleccionados, que hoy se encuentran transitando distintas instancias administrativas.
Una larga tarea de instalación pública desde los Movimientos Sociales
Es imposible imaginarse la realidad de estos pequeños logros en el ámbito provincial y nacional sin tomar nota del extraordinario esfuerzo que, desde finales del año 2007, vienen desarrollando organizaciones culturales comunitarias de toda la región (Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia, Colombia, Perú, etc.). En efecto, el Programa "Puntos de Cultura" del Brasil fue la excusa a partir de la cual varias redes latinoamericanas comenzaron a poner en discusión el tipo de Políticas públicas culturales que era necesario impulsar en los barrios y comunidades de nuestra lastimada y esperanzada Latinoamérica. Con el testimonio entusiasmado de cientos de organizaciones brasileñas, estas redes iniciaron un portentoso trabajo de movilización continental; fueron ALACP (la Articulación latinoamericana Cultura y Política), la Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social, ALER (Asociación latinoamericana de Educación Radiofónica), la Red Latinoamericana de Teatro en Comunidad y otras que fueron sumándose a la difusión, como la Red Latinoamericana de Gestores Culturales, la Red Ñandutí, ABRA y más espacios que sumaron su fuerza. Los Puntos de Cultura exhibían, como política pública, varias características positivas a tener en cuenta: la metodología centrada en la detección de experiencias ya existentes en el territorio (en vez de la implantación de estructuras estatales "descolgadas" de los procesos organizativos comunitarios), la fuerte inversión de recursos sin exigir una desnaturalización de la tarea llevada adelante por la experiencia beneficiada, la articulación en red, la vocación por la autonomía y el empoderamiento social, etc. Esas novedades en el plano de las políticas públicas culturales hicieron que las redes asumieran fuertemente la difusión de esta iniciativa trascendiendo las fronteras del Brasil.
Una lucha nacional y latinoamericana
Hoy, todas esas redes han vertebrado una construcción novedosa y transformadora: la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria, que lucha por la asignación de un porcentaje no menor al 0,1% de los Presupuestos nacionales al apoyo de las expresiones culturales comunitarias, autogestivas e independientes. La Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria está integrada por más de 600 organizaciones y redes, entre las cuales está la Comisión Nacional de los Puntos de Cultura del Brasil, y forma parte de los movimientos sociales hacia el ALBA, generó su primer encuentro en el Foro Social Mundial de Belem do Pará a finales del año 2008. encuentros en Brasilia, Buenos Aires, Mar del Plata y San Pablo (en donde se logró que los Puntos de Cultura figuraran en las conclusiones del II Congreso Iberoamericano de Cultura) y la sanción del anteproyecto de norma legislativa del MERCOSUR a finales del 2009, triunfo legislativo que habilitó una etapa nueva en toda esta pelea por dotar a nuestros barrios de una producción cultural comunitaria estable, solidaria y autónoma.
Un camino que recomienza
El colectivo "Pueblo Hace Cultura" ha sido parte fundamental de estas construcciones. Con sus materiales y contenidos nos autocapacitamos cientos de activistas culturales comunitarios en todo el territorio del país, y se intervino en los Congresos de Cultura, en talleres y movilizaciones y en distintos eventos políticos nacionales e internacionales. Con este importante logro, avanza un paso más hacia una Politica Pública Cultural que de cuenta de la necesidad de fortalecer a las más de 15000 experiencias populares existentes, una iniciativa que puede concretarse afectando apenas el 0,1% del Presupuesto nacional (alrededor de 400 millones de pesos) en una estrategia que movlizaría cada año y participativamente a 9 millones de ciudadanos y ciudadanas de todo el país.
Para avanzar con la mayor legitimidad y ampliación del debate de estos temas en el conjunto de la sociedad, el próximo 20 de Agosto se realizará el Encuentro Nacional de Organizaciones Culturales Comunitarias, "Pueblo Hace Cultura", con el objetivo de redactar el borrador de un proyecto de Ley de Apoyo a la Cultura Comunitaria, Autogestiva e Independiente, en el Hotel Bauen, en Corrientes y Callao, desde las 10 hs.
Una realidad que sigue esperando
En el territorio de nuestros barrios, en los grandes suburbios y pueblos de toda la Argentina, millones de vecinos intentan a través de herramientas y prácticas culturales construír una democracia más cercana y participativa, que se acerque a nuestros jóvenes y realice en lo local experiencias educativas, culturales y de empoderamiento popular. En esa energía hay una clave fundamental en la lucha contra la desigualdad y la violencia, y la oportunidad de ir construyendo una sociedad más justa. Por eso es fundamental la acción pública y estatal, dotando a estas experiencias de radio, teatro, televisión, arte callejero, teatro comunitario, murga, bibliotecas populares, centros culturales y colectivos artísticos comunitarios de distintas disciplinas, con los recursos y la asistencia necesaria para que esa energía se reconvierta en una iniciativa consciente de cultura popular.
Por una Ley de Apoyo a la Cultura Comunitaria, Autogestiva e Independiente, por el 0,1% del Presupuesto Nacional para las organizaciones culturales comunitarias.
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